domingo, 8 de noviembre de 2009

un árbol, un libro: cuando no son prioridad

Se supone que en cualquier democracia las o autoridades políticas representan a las mayorías que los eligieron, pero en muchos casos (por lo menos en el Perú) no representan ni la educación ni el respeto por la cultura ni el medio ambiente de estas mismas mayorías que votaron por estos señores políticos. Hay muchos ejemplos que dan fe de lo que afirmo, mencionaré tres: el alcalde de Lima Metropolitana Luis Castañeda que prefiere podar (y no replantar ni reponer) mas de 150 árboles sembrados y cuidados por los propios vecinos, para darle paso a más pistas de asfalto y concreto sin ningún estudio de impacto ambiental serio; acción similar a la que recientemente procedió el alcalde Dibos de La Molina, un distrito limeño en donde amplió una vía (más CO2 X menos verde); otro ejemplo es lo del alcalde Masias del distrito de Miraflores cuando en setiembre pasado decide negar la autorización para realizar la tradicional Feria del libro Ricardo Palma en el parque del centro del distrito, como siempre ha ocurrido, apoyado en el poco serio argumento de que algunos parroquianos de la iglesia adjunta reclamaron que la lectura del numeroso público del Feria no les dejaba escuchar la misa de las 8pm. (ilustración publicada en El Comercio, setiembre 20 del 2009, http://www.elcomercio.pe/ )

1 comentario:

  1. Siempre he querido felicitar a quien cambió la forma de presentar las estadísticas y la rotulación de artículos importantes en el Perú. Tu trabajo es excelente. Sobre el tema de los abusos de las autoridades municipales se podría decir mucho, pero lamentablemente, mientras persista la desidia ciudadana de no elegir bien, de votar en paquete y a ganador, tendremos más de lo mismo. Cuando los vecinos se den cuenta que defendiendo "sus derechos urbanos" y poniendo al frente de las municipalidades ya no a políticos profesionales ni a abogados, si no a verdaderos gerentes y promotores del desarrollo, entonces podremos hablar de el inicio del mejoramiento de la calidad de vida en nuestros centros urbanos. Mientras tanto seguiremos lamentándonos.
    Un abrazo, señor.

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